martes, 25 de agosto de 2015

El diario que hizo grandes los días.

Un diario... Esta "clase de escritura" casi siempre (por no decir siempre) se les ha atribuido a las chicas, sin embargo son bastantes los chicos que tienen uno.

Hace muy poquito tiempo, cuando estaba en casa de un chico muy cercano a mí, me di cuenta de que  había sobre su escritorio un pequeño cuaderno casi cuadrado, muy decorado. Como me llamó la atención las decoraciones, lo cogí y le pregunté: "¿De qué es este cuaderno?" Y él me respondió, algo "nervioso", que era su diario.

Desde entonces llevo tiempo dándole vueltas a la idea de que la mayoría asociamos el término diario con algo femenino (entre los cuales me incluyo). Pero bueno, esto no es el propósito por el cual estoy escribiendo este post.

En realidad, cuando volví a casa, me puse a busca mi diario con el propósito de comenzar de nuevo a escribirlo. Aunque antes me apetecía leerlo desde el principio: "16-09-12... 17-09-12.... 3-07-14...".

Es gracioso pues nunca he sabido mantener un diario, siempre me canso a los pocos días de haber empezado (algo que me pasa con mucha frecuencia cuando escribo), y es que no todos los días pasan cosas, hay días que son muy monótonos, que son "lo estipulado", y es durante esos días cuando no veo que merezca la pena seguir escribiendo.

Sin embargo, y por mucho que nos empeñemos en hacer de cada día algo diferente, el tener días de rutina, es bueno, muy bueno. Puesto que si todos los días tuvieran algo que "llamara mucho la atención" eso, se convertiría en rutina.

Además no viviríamos esos días especiales con tanta intensidad, por lo que yo he decidido vivir cada día, y cada momento, sin adelantarme ni atrasarme. Porque un día monótono es muy necesario y hay que disfrutar de él, y un día distinto (ya sea bueno o mano) también es muy necesario, y también debemos disfrutar de él.

¿Conclusión? Disfruta, todos los días, de tu día.


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